viernes, enero 07, 2005

Mi viaje a Galicia

Este texto fue escrito por María (una voluntaria de la UAM) y también lo podeis ver en la página www.voluntariadoambiental.com
"Soy estudiante de Ciencias Ambientales de la UAM y voluntaria ambiental en el Ecocampus, Cabe pensar que mi opinión o mi experiencia puedan ser subjetivas por mi deformación profesional, pero quiero relatar mi experiencia como persona, no como estudiante, ni ecologista, ni ambientóloga, cuando ocurrió la catástrofe las asociaciones se movilizarón lo más rápido posible. Todos hemos sido testigo de cómo se volcaron y claro, aparecieron las listas de espera para poder subir a la Costa da Morte. La lista de espera corrió y la tarde antes nos llamaron para ver si estábamos dispuestas a subir a Galicia. Fue todo muy rápido y muy apresurado, fue coger las cosas y salir pitando. Un fin de semana. A comernos el chocolate, negro, brillante y biscoso, pero sin churros. Toda una experiencia nunca antes habia estado en Galicia, aunque conozco Asturias y Cantabria, y la verdad es que me gustó. Aunque conociera esas tierras de una manera especial, porque fue muy especial. El viaje un rollazo, muy pesado, demasiadas horas. De hecho llegamos al polideportivo de Laxe a las tres de la mañana, pero allí nos estaban esperando todos. Allí estaba la gente del pueblo, el alcalde y el polideportivo, todo preparado y esperandonos. Tenian una expresión entre triste por la tragedia, pero contentos de vernos, éramos muchas manos para colaborar y eso les agradaba. Entramos en el poli y fue alucinante: colchones, colchones!!! No me lo esperaba. Ibamos a Galicia a limpiar, a dejarnos la piel, a sufrir, a dormir en el suelo y allí estaban todo esperandonos: los 200 colchones bien alineados sobre los cuales habían puesto bolsas de avituallamiento con bocatas y galletas, dos mantas para cada uno, dos botellas de agua, una almohada y el material para limpiar. Guantes, mono, mascarilla. Las botas se repartieron al día siguiente. Me pareció que estaba todo muy bien organizado. Se veía que tenían ganas y eso contagia. Yo fui con dos compañeras de clase, pero también había gente que iba sola. ¿sabes? gente comprometida. Personas como tú y yo que de repente sienten la enorme necesidad de arrancarse y salir de su casa para echar una mano o lo que haga falta porque les cabrea la situación, aunque también conoci gente que fue por curiosidad. Tenian inquietud por verlo en persona y no dejarse comer por la tele u otros medios de comunicación.

Gracias Marí­a por tus animos y tu alegria.
"Nunca es tarde para ser voluntario" (eso me lo dijo Antonio Guerrero de la Universidad Miguel Hernandez de Alicante)

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