lunes, febrero 04, 2008

Otra acción

Hola Hola:

Pues vamos a continuar, recordando a aquella gente que merece ser recordada (pero, si tuviese que recordar aquí a todos y todas no terminaría nunca):

Una noche del verano del 2005, en la Universidad de Tafira (Las Palmas de Gran Canaria), después de cenar, nos dispusimos a dar un paseo, desde la Residencia de Estudiantes, hasta el bar más cercano, ibamos caminando cuando mi vista se fijó cincuenta metros más adelante, fue una situación, en la que presientes lo que va a suceder, pero no te das cuenta hasta que no lo ves, fui el unico del grupo que lo vió, así que nada más ocurrir no pude guardar silencio y dije: - ¡ay, lo que he visto! ¡ay, lo que he visto! sucedio muy rapido.  Enseguida me preguntarón:

Resulta que estaba mirando allí delante, había un gato que estaba cruzando la carretera desde el lado izquierdo, venía un coche por el lado derecho y han coincidido el gato y la rueda izquierda del coche, sucedio un poco más adelante de una rotonda y el coche circulaba a una velocidad de entre 30 y 50 km/h. El gato fue caminando con dificultad hasta la cuneta deracha, Continuamos andando hasta llegar a la cuneta  de esa carretera, esa zona estaba bastante oscura, yo no quise acercarme demasiado, pero Nazaret, de Cádiz vió al gato y estuvo acariciandole, ella dijó que el corazón del gato latía a mucha velocidad. No sé la razon, pero el caso es que el gato se quedó en aquella cuneta y cuando estabamos "tranquilamente" sentados en la terraza del bar, Nazaret decía que no podía olvidarse del gato, que podiamos volver a verle, que podiamos buscar un veterinario, en fin, fue un gesto muy admirable, pero no conociamos aquel pueblo y no sé donde podriamos encontrar un veterinario alrededor de las diez de la noche, así que no movimos un dedo.

En abril del 2006 tuve la oportunidad de volver a ver a Nazaret en Cádiz, me dijo que se habia sacado el titulo de socorrista, con la Cruz Roja, "he dejado de salvar animalitos para salvar personas", fuimos a ver las procesiones de Semana Santa, donde vimos a dos compañeros suyos de la Cruz Roja que acompañaban la procesión, por si es necesario atender a algun penitente, ella, como todavia no le habian dado el uniforme no pudo acompañarlos, pero seguro, que siempre está dispuesta a actuar en la orilla de la playa.

"¡Quién me iba a decir que me iba a enamorar!"